
Cash Luna – Armando Alducin – Paul Washer hablan del «Poder del Espíritu Santo»
Cash Luna – El Poder del Espíritu de Dios
Si hubiéramos estado en el tiempo de Jesús muchos no le hubieran seguido. El secreto de la presencia del Señor. Lucas 7:18
Cash Luna habla del Espíritu Santo mencionando que el estar en Su presencia nos trae gozo.
Luna pregunta a la audiencia si conocían a Jesús, y el pueblo dijo Amén, luego les dijo “Jesús es un caballero” y todos dijeron Amén.
Pero él dice, un caballero no come con las manos sucias, ni escupe para sanar a un ciego.
Cuenta que una vez él le pidió Señor «haz milagros, trae un avivamiento”, el Señor le contestó: “Tú tienes demasiados buenos modales para seguirme a mí». «¿Yo?, le dijo. Sí. Contestó. Tú jamás hubieras seguido a un hombre que escupe a otros para sanarlos. Y Yo lo hice…».
Dice que si hubiera vivido con su mamá en el tiempo de Jesús probablemente no le hubiera seguido. su mamá, dice, le hubiera dicho: Está bien que sigas al carpintero, ¿pero andar escupiendo por ahí?
Él dice que si no se hubiera salido de ahí, su mamá lo sacaría de los pelos. Porque la mamá siempre le había enseñado siempre buenos modales. El Señor le dijo en otra oportunidad: “¿Tú quieres mi presencia?” sí, contestó Luna.
«Entonces elimina la tuya», y tendrás la mía, dice que le dijo Dios. También nos dice que es imposible empezar cualquier ministerio sin la unción del Espíritu Santo.
Ni Jesús empezó su ministerio sin la unción del Espíritu Santo.
Pero la manifestación del Espíritu Santo no luce como de buenos modales y da el ejemplo de los 120 en el aposento alto que se burlaban de ellos cuando recibieron el bautismo del Espíritu Santo diciendo que estaban borrachos.
Armando Alducin: – El poder del Espíritu Santo Armando Alducin, Hechos 1:8 Habla del poder que vino en Pentecostés. Cuando los discípulos cuando fueron cambiados un hubo ninguna duda que habían recibido el Espíritu Santo.
Paul Washer: – exhorta a los creyentes verdaderos a buscar el rostro de Dios y a ser llenos del Poder del Espíritu Santo, por el bien de la gran comisión
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