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Luc 5:27 Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.
Luc 5:28 Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
El buscar y mezclarse con los pecadores para que se arrepientan no significa necesariamente que participemos de sus pecados como pensaban los religiosos de la época de Jesús.
Luc 5:29 Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
Luc 5:30 Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
Luc 5:31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
Luc 5:32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
A Dios no le importa de que nación seamos, lo que le importa y lo mueve es nuestra fé.
Luc 7:1 Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que le oía, entró en Capernaum.
Luc 7:2 Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba enfermo y a punto de morir.
Luc 7:3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.
Luc 7:4 Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno de que le concedas esto.
Luc 7:5 porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga.
Luc 7:6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes, pues no soy digno de que entres bajo mi techo.