En los últimos años, el régimen comunista que gobierna China ha adoptado una estrategia contra los cristianos. Han intensificado la persecución gradualmente.

Inicialmente, las autoridades comenzaron a demoler sólo las cruces que identificaban los templos. Ahora, lo más común ha sido la destrucción de los edificios destinados al culto.

La furia del régimen comunista contra los cristianos adoptó una serie de regulaciones para que la apertura de lugares de culto en el país sea una tarea casi imposible. Y mantenerlos abiertos es también una tarea imposible. Ya que la presión de las autoridades no se produce sólo en los fieles, pero también hacia los dueños de propiedades de alquiler para las iglesias.

La semana pasada, el gobierno demolió el megatemplo de la iglesia evangélica Jindengtai. La caracterizaba una pintura gris y una gran cruz roja en la parte superior en la ciudad de Linfen en la provincia de Shanxi.

De acuerdo a la información del periódico Global Times (1), hay una campaña en contra las iglesias. Un funcionario gubernamental de alto rango hizo una declaración bajo condición de anonimato. Dijo que hay una campaña dentro de la administración municipal para «eliminar las construcciones ilegales».

«Un cristiano dio la tierra a una asociación cristiana local y construyó una iglesia en secreto. Alegando construir un almacén». Dijo la fuente, que ilustra la motivación de la administración pública burocrática en la región. Los miembros de la asociación fueron detenidos después del embargo de la obra.

«Un grupo de policías se movilizaron y llevaron a cabo la destrucción. Utilizaron una gran cantidad de explosivos colocados debajo de la iglesia».

El pastor Bob Fu, presidente de China Aid, dijo a AFP.

«Esta persecución es digna de un grupo terrorista como el Estado Islámico y los talibanes», agregó. Haciendo hincapié en que esta iglesia evangélica tenía 50.000 fieles.

Las religiones reconocidas oficialmente en China son el catolicismo, el protestantismo, el Islam, el budismo, el taoísmo. Todos ampliamente regulados por la ley china. Tienen la obligación de jurar lealtad a las asociaciones «patriotas» controladas por el Estado. Que pretenden así, evitar cualquier influencia extranjera a través de la religión y que pueda amenazar al comunismo.

Oficialmente, hoy China tiene 5,7 millones de católicos y 23 millones de protestantes, según las estadísticas oficiales de 2014.

Esta estadística no incluye los millones de miembros de las iglesias no reconocidas. Estas en su mayoría son protestantes, que trabajan de manera informal para escapar de la imposición de las innumerables regulaciones del régimen comunista.

Recursos externos: http://www.globaltimes.cn/content/1084234.shtml