El Papa Francisco casa parejas juntadas de la zona de Roma, una en el que el primer matrimonio del novio fue anulado por la iglesia y la novia tiene una hija de una relación anterior.
Algunas de las otras parejas ya estaban viviendo juntas.
El Vaticano considera que el sexo fuera del matrimonio es pecado, pero Francisco destaca que la iglesia debe ser una que perdona.
Él dijo que el matrimonio era «la vida real, no un programa de televisión.» Dijo a la pareja que el amor de Jesús puede ayudar cuando su amor «se pierde, está herido o agotado.»
Muchos católicos han presionado al Vaticano para permitir que los fieles divorciados se vuelvan a casar y puedan recibir la Comunión.
El Vaticano se ha mantenido firme, afirmando sólo si los católicos vueltos a casar dejan el sexo pueden recibir la Comunión.
Los católicos sólo pueden volver a casarse en la Iglesia, si su primer matrimonio es anulado, esencialmente una declaración que la unión inicial nunca existió.
Algunos esperan una importante reunión del Vaticano el próximo mes acerca de la familia que puede llevar a dar permiso para que los católicos divorciados se vuelvan a casar y puedan recibir la Comunión.
Francisco le habría dicho a una mujer en su patria argentina cuyo primer matrimonio no fue anulado que ella era libre de pecado y debía tomar la comunión de todos modos.
El Vaticano rápidamente aclaró que las conversaciones privadas del Papa no reflejan la política de la iglesia.
Las bodas del domingo realizadas por Francisco también podrían ser vistas por los defensores del status quo como una forma de subrayar que el matrimonio, ya que es un sacramento, debe perdurar.
Una a una, las 20 parejas fueron llamados por nombre por Francisco, que le preguntó si serían fieles por el resto de sus vidas.
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